“Los seres humanos prefieren la infelicidad a la incertidumbre”
Hoy en día aún 8 de cada 10 personas no están experimentando plenitud en el trabajo, a mi modo de ver se debe a dos razones fundamentales una es un error de fabrica de nosotros los seres humanos y la otra es el paternalismo organizacional
Ausencia de responsabilidad personal (Error de fábrica)
Paternalismo organizacional
Ambas forman parte del mismo mal. Por un lado, en las empresas desde hace muchos años se han desarrollado mecanismos mediante los cuales se protege y promueve el bienestar y la calidad de vida de sus equipos de trabajo. Unos mecanismos se implementan por voluntad propia de sus líderes y otros por mandato de la ley.
Gracias a ello las empresas cuentan con áreas encargadas de diseñar e implementar estrategias asociadas al bienestar y calidad de vida y se ha asumido esta responsabilidad ya sea por convicción o por regulación desde una perspectiva que el empleador, la empresa, debe garantizar el bienestar de sus integrantes y en esta misión su trabajo ha sido muy paternalista (La carga de la responsabilidad del bienestar recae sobre la empresa y sus líderes).
Situación que ha llevado al segundo escenario, las personas en las empresas han asumido que su bienestar y calidad de vida son responsabilidad de la organización, ella debe siempre y en todo momento mientras exista la relación laboral velar por que así sea; y entonces hemos delegado como seres humanos nuestra propia responsabilidad de cultivar paralelamente nuestro propio bienestar y calidad de vida. Si la empresa no lo hace, nosotros no hacemos nada o casi nada.
Pensemos en un matrimonio (como si fuera una relación laboral) ambas partes tienen igualdad de responsabilidad frente al éxito de la relación; esto puede ser: tener una convivencia sana, cumplir sueños juntos, durar toda la vida, etc.
Las dos partes en el matrimonio tienen la tarea de ser y hacer que la relación funcione bien. Siempre que una de las partes descuida lo que es su responsabilidad, directa o indirectamente está descuidando al otro y la relación comienza a estar mal, a fracasar.
Donde no existe el compromiso de las dos partes no habrá relación. No existe una relación en la que uno diga “no tienes que hacer nada, yo me encargo de todo” y que así sea sana ni feliz.
Lo mismo sucede en la relación laboral, que en muchos, muchos aspectos se parece a las relaciones emocionales y los matrimonios, las dos partes de esta relación que son la empresa y nosotros como trabajadores somos co-responsables de hacer que la relación sea sana; y entendamos relación sana como aquella en la que nos sentimos plenos en el lugar de trabajo y la empresa es productiva y rentable.
Sin embargo, en el aspecto fundamental que es el bienestar, la responsabilidad no ha sido compartida equitativamente entre empleador y trabajador como debe ser.
Las empresas y sus líderes han cometido el error de ser muy paternalistas respecto al bienestar de los trabajadores. Se han cargado con toda la responsabilidad de su gestión, han creado propuestas de valor y de bienestar para sus equipos de trabajo, invirtiendo grandes esfuerzos y recursos con esta intención y aún así las cifras hablan por sí solas, no está generando el resultado esperado.
Según un estudio de la organización mundial de la salud, el 60% de la improductividad en las empresas se debe al mal manejo del estrés y a la insatisfacción laboral.
Por otro lado, el maravilloso mundo en el que vivimos los seres humanos, me refiero al mundo interior o como vemos el mundo, lo que pensamos y cómo nos comportamos nos ha vuelto muy cómodos y negligentes respecto a nuestro propio bienestar, nuestra calidad de vida y nuestra felicidad.
Nosotros, los seres humanos hemos delegado la responsabilidad de nuestro bienestar, estamos permanentemente esperando que algo (en esta conversación la empresa) o alguien (el jefe) nos hagan felices. Es un sentimiento de: la empresa me debe…, es la empresa la que tiene… hacer lo que tenga que hacer por mi bienestar.
En resumen, nos han malcriado, no se nos educó en responsabilidad personal del bienestar, poco se ha hecho para hacernos conscientes de que somos responsables de la calidad de nuestra vida y por eso siempre estamos esperando que lo de afuera, los demás se hagan cargo de nuestra felicidad.
La tercera y última entrega de este tema será publicada la próxima semana.
